Me daba pánico hablar en público. Mi único consuelo era saber que a todo el mundo le da pánico hablar en público. Pero aún así sentía que a mí se me daba especialmente peor que al resto de personas a las que también les daba pánico.
Piensa en Tamaki de Boku no Hero, o en Hinata de Naruto, o en Legoshi de Baestars.
Tenía algo en común con todos ellos, y estoy seguro de que tiene algo en común con todos ellos: te toca exponer en clase y te empiezan a templar las piernas.
Mi impresión era que hablar en público se me daba mucho peor que al resto. Peor que a Legoshi e incluso peor que a Tamaki, pero como puedes imaginar era solo mi impresión. Solo que al vivirlo en primera persona se siente todo más intenso.
La cuestión es que había nacido introvertido y ya nada iba a cambiar que me diera miedo hablar en público. O eso pensaba.
Tampoco nos engañemos: ese miedo siempre va a estar ahí, pero puedes hacer que sea más pequeño simplemente leyendo algunos consejos y practicando en casa.
No tienes por qué ser siempre tan patético. Seamos sinceros: si con doce años te frustra no poder hablar en público y con cuarenta años te sigue frustrando ser igual de malo hablando en público solo hay un problema destacable:
Disfrutas mucho más haciéndote la víctima que buscando soluciones.
En los capítulos 2 y 3 del libro Como Piensas de Anime, Así es Tu Vida te hablo de estos dos problemas (el victimismo constante y hablar en público) y te doy algunos consejos para superarlos, mezclados siempre con historias y ejemplos de anime.
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