El Desarrollo de Piezas en Ajedrez
Un término con el que se confunden muchos principiantes en ajedrez es precisamente este: el desarrollo de piezas.
Cuando hablamos de «piezas» nos referimos a todas aquellas que no son peones, y es un término al que te acabas acostumbrando aunque inicialmente no tenga mucho sentido, pues los peones también serían piezas, en el sentido estricto de la palabra.
¿Qué es «desarrollar piezas»?
Este término tan conocido se utiliza para hacer referencia a aquellas piezas que tienen alguna influencia en la partida.
No es lo mismo tener a tus caballos en sus casillas inciales, que tenerlos atacando al rey rival. En el segundo caso, tus caballos tendrían un buen desarrollo.
¿Por qué es importante?
Como podrás intuir, las denomindas «piezas» son las mejores armas para hostigar a tu rival, pues los peones, aunque también tienen utilidad, pueden ser detenidos con más facilidad, y rara vez podrán ellos solos ocuparse de un buen ataque, ni de una buena defensa.
¿Cómo desarrollar piezas?
Conseguir esto no parece muy complicado, pero sin embargo, tiene su truco, así que quiero proporcionarte un par de consejos para optimizar este proceso.
1.- Piezas menores: Alfiles y Caballos.
Olvídate de las torres y la dama al principio de la partida, pues son los alfiles y los caballos los que de manera natural pueden tener mayor influencia en el centro del tablero.
El jugador negro no tiene que tener ninguna prisa por capturar el caballo de su rival, del mismo modo que el jugador blanco no debería de tener ninguna preocupación por intercambiar su caballo: lo más importante en las primeras jugadas es poner tus piezas en juego.
2.- No interfieras en el desarrollo de otras piezas.
En esta posición el blanco había desarrollado su caballo, y con esta jugada atacaba a un peón del rival, así que el negro lo defiende y al mismo tiempo desarrolla su alfil.
El jugador negro decide defender su peón con el alfil, pero no se ha dado cuenta de que ahora uno de sus peones no podrá moverse, y de este modo está taponando la salida más natural de su otro alfil, además de que ese peón hubiera sido importante para ejercer alguna influencia en el centro del tablero.
Defender el peón con el caballo suele ser la mejor alternativa en esa posición, pues el peón que ahora estamos taponando no perjudica al movimiento posterior de ninguna otra pieza.
3.- Las piezas tienen que ir hacia el centro.
Este consejo va dirigido especialmente para los caballos, ya que son las piezas ofensivas que menor alcance tienen.
En la imagen de abajo puedes ver que los caballos que han sido llevados hacia el centro tienen mucha más influencia que los que han sido desarrollados hacia el lateral del tablero.
Además de que los caballos del jugador blanco pueden saltar a más casillas, controlan las cuatro casillas centrales.
4.- Es sútilmente mejor desarrollar los caballos antes que los alfiles.
Como acabamos de mencionar: los caballos son piezas de corto alcance, y la mejor casilla para cada uno suele ser la que se muestra en la imagen de abajo, ya que es ahí donde tienen más control y movilidad.
En cambio, los alfiles en la apertura pueden tener hasta 4 casillas en donde serían de utilidad, así que puedes dejar esa decisión para más tarde, y ocuparte primero de uno o ambos caballos.
En la imagen de abajo puedes ver en verde las cuatro casillas en las que el alfil marcado en azul podría estar bien posicionado.
5.- Es peligroso mover la dama pronto.
Si la dama es la pieza con más influencia sobre el tablero y la que mejor capacidad ofensiva tiene, ¿por qué no vamos a utilizarla desde el comienzo?
Pues sucede que la dama es un arma de doble filo, ya que al ser tan poderosa, también es la pieza más importante (sin contar al rey), y el rival puede aprovecharse de eso.
Observad en el siguiente ejemplo cómo en una secuencia de 10 jugadas el jugador negro obtiene una posición ventajosa, aprovechando el descuidado ataque del jugador blanco.
En estas dos imágenes finales podemos ver que el jugador negro ha conseguido un dominio total del centro, tiene sus dos caballos en las posiciones óptimas para comenzar la partida, y sus alfiles tienen una inmensa cantidad de casillas a las que moverse.
Esto ha sucedido porque el jugador negro ha ido desarrollando piezas y luchando por el centro mientras creaba amenazas sobre la dama del rival. Al rival no le interesaba cambiar su dama por un alfil ni por un caballo, y para evitar esto ha tenido que hacer muchos movimientos que no encajan con los conceptos que habíamos estudiado hasta ahora.
6.- Sobre las torres
Ya que hemos hablado sobre el resto de piezas, no quería dejar indiferente a las torres.
Hay que saber que su desarrollo, en muchas partidas, es incluso más tardío que el de la propia dama, y únicamente se mueven para lograr enrocar y mantener al rey a salvo.
Las torres, a diferencia de las otras piezas, al comienzo de la partida tienen muchas dificultades para maniobrar y ejercer influencia, pues hasta que algunos de tus propios peones no abandonen su columna, la torre no podrá atacar a las piezas del rival.
Como se puede observar en la imagen de arriba, hemos obtenido una posición en la que podemos desarrollar la torre y tener cierta influencia sobre la partida, pero esto no ocurre tan a menudo en las primeras jugadas.
Resumen
[…]
Aquí termina la explicación de «Desarrollo de piezas en ajedrez«.
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